viernes, 16 de marzo de 2012

Para una amiga

Esta entrada es para una amiga, y en lo que me hace pensar. Si me siento mal, no importa si lo expreso con o sin palabras, ella siempre tiene algo que decirme un consuelo que darme. Amigas como ella no hay muchas.
Hubo un momento en que llegue a quejarme de las injusticias del mundo, con ella presente. Una vez que me desahogue a gusto, me dijo algo que me hizo tragarme todas mis palabras:
Sí, el mundo esta oscuro, por eso cada quien debe iluminar su parte.
¿Puede alguien decirme que no tiene razón? Si podemos quejarnos de lo injusto, ¿no corresponde que contribuyamos a hacer las cosas más justas? Mi respuesta es sin duda sí. Desde entonces procuro no quejarme, solo poner mi granito de sal. Poco a poco se llena el saquito. 
Hubo un momento en que, después de haber intentado hacer algo por un buen rato, claramente sin éxito, pensé en tirar la toalla y dedicarme a otra cosa. Al verme con ganas de renunciar, me comento como al azar una frase que había oído:
Acepta tu camino, sus muchas curvas y encrucijadas, pues la aventura esta en el viaje y no en la llegada.
Me dio vergüenza haber pretendido rendirme, y proseguí con mis esfuerzos, disfrutándolos esta vez. Cuando logre mi objetivo, descubrí que mi amiga tenía razón, que lo entretenido había sido tratar. Poco después tenía otro proyecto entre manos, y así hasta ahora. La frase me la dijo hace mucho, pero no me arrepiento de haberla escuchado. Así como muchas otras frases que me dijo, si la aplicó a mi vida, puedo contribuir a otros y ami misma, haciéndome además mi existencia más llevadera.
Así como cuando hubo quien quiso herirme y lo logró, ella siempre estuvo allí. Llegue a creer lo que ellos me dijeron, sus insultos, sus despiadadas criticas. Cualquiera que hubiera caminado cerca mío debía tener cuidado en donde ponía los pies para no pisar mi ánimo. Lloré mucho esos días, sola, o en su hombro. Ella nunca me dijo que no llorara, me dejo sacar todo el dolor, pero llegado cierto punto, corto el llanto de raíz, solo hacían falta sus palabras:
¿Sabes? Lo peor que puede ocurrirle a una persona, es pensar mal de si misma.
Comprendí que tenía razón. Que si yo no pienso bien de mi misma, si yo no me amo como soy, nadie lo hará.  Todo parte en uno mismo. Con el tiempo, y es que nada ocurre de la noche a la mañana, aprendí a caminar con la frente en alto.
Si, definitivamente esta entrada es para una amiga. Hoy y siempre le doy gracias por estar allí para mí.

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